Por Esteban Frazzi
(Ig @esteban_frazzi Tw @estebanfrazzi)
Bolivia
El primero de
ellos, Bolivia. Muchas veces observado con subestimación en la Argentina, un
país con un territorio muy rico en minerales metalíferos, gas, petróleo y
litio, principalmente, pero mal administrado económica y políticamente en gran
parte de sus casi doscientos años de vida independiente. En lo últimos treinta
y cinco años ha sabido estabilizar los precios de manera tal que el 2020 lo
finalizaron con una inflación de 0,67% anual, según datos del Banco Central de
Bolivia, sin olvidar el 36,1% de nuestro país en 2020.
Cabe destacar, que
a pesar que en noviembre de 2019 sufrió un Golpe de Estado acompañado por el breve gobierno de Jeanine Añez hasta noviembre de 2020 la economía no se
desestabilizó. Así y todo, en 2019 el índice inflacionario fue de 1,47% y en
2018 había sido de 1,51%. Además, Bolivia cuenta con una de las monedas más
fuertes de Sudamérica, el Boliviano, que cotiza a 6,90/7 por dólar
estadounidense. Un valor fijado en noviembre de 2011. Desde luego que muy lejos
de los $ 102 del peso argentino al día
de hoy (jueves 12 de agosto) y de los $ 178,50 del dólar blue que se
utiliza como referencia en los países limítrofes.
Paraguay
Otro país vecino que
sufrió un pico inflacionario entre los años 2002 y 2003, que elevó el valor del
dólar frente a su moneda nacional, el Guaraní, hasta las cuatro cifras. En la
actualidad la cotización es estable en torno a 6900 guaraníes por cada dólar. La estabilidad inflacionaria se evidencia en los últimos tres
años de la siguiente manera: 3,2% (2018), 2,8% (2019) y 2,2% (2020), según se
desprende de datos del Banco Central de Paraguay.
Esta situación en
los últimos años llevó a muchos argentinos a radicarse allí para desarrollar
emprendimientos, también gracias a una baja tasa impositiva. Muchas de esas
iniciativas corresponden al rubro de la construcción, con desarrollos
inmobiliarios en la zona de la Costanera de Asunción a orillas del río Paraguay
y frente al Palacio de los López, la Casa de Gobierno paraguaya.
Chile
Con un modelo
económico neoliberal de Estado. Es decir, desde 1973, año en que fue derrocada
la experiencia socialista de Salvador Allende a manos de Pinochet hasta hoy en
día ha sobrevivido. Más allá de los gobiernos de centroizquierda de Eduardo
Frei, Ricardo Lagos y Michelle Bachelet, la característica de la supremacía del
sector privado por sobre el público en la organización económica chilena no se
ha modificado. Su consecuencia la vimos en las calles a partir de octubre de
2019 y en las recientes elecciones regionales. Sin embargo, el índice
inflacionario parece no haberse enterado de las movilizaciones: en 2018 fue de
2,6%, 3% en 2019 y el mismo porcentaje en 2020, números que se desprenden del
Instituto Nacional de Estadística de Chile. Más allá de haber tenido un pico
inflacionario a comienzos de la década de 1990 que elevó la cotización del Peso
Chileno frente al dólar, es otra economía estable más allá de las deudas
sociales.
Brasil
La otra potencia
económica latinoamericana junto a Argentina y México, también tuvo períodos de
alta inflación en la primera mitad de la década de 1990. En 1992 la
hiperinflación brasileña llegó a 1192% anual, superada después por el 2477%
acumulado en 1993. De esta manera el Plan Real del presidente Itamar Franco
creó el actual Real para estabilizar la economía brasileña con una paridad de 1
a 1 con el dólar, pero no mediante una ley nacional como en el caso argentino.
Este manejo de la cuestión inflacionaria a lo largo de casi treinta años
posicionó a Brasil con un índice anual de un dígito. Prueba de ello son los
últimos tres años: 3,75% de inflación en 2018, 4,31% en 2019 y 4,52% en
2020, datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística.
Uruguay
El “paisito”, más
allá del cambio ideológico en el gobierno nacional, del centroizquierdista
Frente Amplio con Tabaré Vázquez y José Mujica, al centroderechista Partido
Nacional (Partido Blanco) del actual presidente Luis Lacalle Pou, el tema
inflación parece correr por un carril diferente. Lejos de una corrida bancaria
como la sucedida en Argentina luego de las elecciones PASO presidenciales de
2019 con la consecuencia de un 30% de devaluación del Peso Argentino de la
noche a la mañana, literalmente. La República Oriental también tuvo su crisis
inflacionaria en 2002. En ese entonces, la fuga de capitales y la merma en las
reservas internacionales condujeron a una devaluación del Peso Uruguayo que se
tradujo en 30 unidades por cada dólar, que luego bajaría a precios actuales.
Sin embargo, las administraciones frenteamplistas han sabido llevar la
inflación por la senda de un dígito porcentual anual, para ubicarla de la
siguiente manera: 7,96 % (2018), 8,79% (2019) y 9,41% (2020).
De esta manera, el contraste con la Argentina queda más que claro. Cada país con su característica económica propia y diferente a la vez entre sí. Quizás para bajar la inflación crónica de nuestro país sea mejor observar a los vecinos, en los cuales un año de inflación equivale a un mes en Argentina.
Cuadro de
elaboración propia con datos oficiales de cada país (Banco Central de la
República Argentina, Banco Central de Bolivia, Instituto Nacional de
Estadísticas de Uruguay, Banco Central de Paraguay, Instituto Brasileño de
Geografía y Estadística, Banco Central de Chile).
*Estimación del
gobierno nacional incluida en el presupuesto 2021.
Comentarios
Publicar un comentario